Una maestra llamada Calle…. Por Evelyn Callapino Guarachi* En Bolivia existe una realidad que lastimosamente se ha normalizado, 392 mil niños, niñas y adolescentes son trabajadores (ENNA, 2016). Este dato es bastante cuestionable, pues en contexto parecen ser otros los resultados. El grueso de esta población lo hace para ayudar a sustentar a sus familias. La historia de Ernesto revela la vida de un niño que a pesar de las adversidades sobresalió y se dirigió por un camino lleno de aprendizaje. Ernesto es parte de una familia migrante del área rural, penúltimo de 12 hermanos, de los cuales ocho sobrevivieron. Su padre fue minero, quien después de la caída del precio de los minerales tuvo que buscar otras alternativas. Por necesidad este niño salió a las calles a trabajar y así poder continuar con sus estudios y ayudar económicamente a su familia. Cada miembro debía aportar de alguna forma a su hogar para subsistir. Empezó a trabajar a los ocho años, regando tubos de